martes, 21 de octubre de 2008

Crítica literaria: La cerda

Ruedas pinchadas
Pedaleos entre la adolescencia y la edad adulta, entre una Inglaterra desolada por la industria y su reconversión en una sociedad del ocio y el espectáculo. Danny y su novia pakistaní, Surinder, tendrán que cambiar las ruedas de las viejas bicicletas de generaciones anteriores. Es hora de tomar decisiones ¿Romperán con los atavismos de sus antepasados?

Una novela que encontramos en la sección de infantil y juvenil de las bibliotecas. Se adapta tanto a jóvenes como a adultos porque es una obra con multitud de enfoques, dispuestos de tal manera que el lector recoja, lo que en su momento, le parezca lo más imprescindible.
Andrew Cowan ha sido recompensado por esta primera novela, pues multitud de premios lo avalan. Sin embargo, no hace falta mencionar todo el repertorio de galardones para darse cuenta de que estamos hablando de una buena obra. Ha sido capaz de crear una jugosa combinación de espacios, personajes y simbolismos, que tiene como resultado un profundo y agradable ejercicio de reflexión para el lector. El encuentro de culturas, las responsabilidades y las esperanzas se entremezclarán en boca de sus personajes, cada uno con una opinión propia.
Su autor la ha dotado de una intensa descripción realista e intimista que genera imágenes de gran potencia en la mente del lector. Es una escritura muy descriptiva y cinematográfica pero cuyas palabras perderían todo el candor en la gran pantalla. Una obra que sólo podría ser escrita por él.

La tierra fértil, húmeda, contrasta con una humanidad podrida, seca. Las moscas no parecen ser síntoma de que algo va mal, la granja y la pocilga con la cerda, se convierten en el refugio de dos adolescentes que viven de forma natural un amor que huele a té y cigarros mojados: son Danny y su novia paquistaní, Surinder. Ambos compartirán la incomprensión que sienten con sus familias durante un verano tormentoso limbo en sus vidas. Juntos abordarán temas de una sociedad que cambia, de la que sienten que tienen que responsabilizarse. Una sociedad heredada, que pasa de padres a hijos, una sociedad dada pero llena de esperanzas.

La estética de la novela es inmejorable, una historia realista llena de contraste y de imágenes cinematográficas. Las descripciones han sido seleccionadas al detalle para mostrar un paisaje gris, abandonado, lleno de desperdicios de una vida pasada; y unos personajes cálidos, de colores brillantes. Como una de esas fotografías en blanco y negro donde las personas son pintadas con llamativas acuarelas: Latas en la hierba, el chubasquero de la abuela sobre el cielo encapotado…
Y olores extravagantes como el curry, el té con cardamomo y el cilantro provenientes de la tienda que regentan los padres de Surinder, o el olor de la pocilga, o de los típicos desayunos ingleses. Todos son pequeños detalles que levantan una atmósfera de mixtura penetrante a los sentidos.

Rebosantes de temperamento y no conformes con las vidas que sus padres deparan para ellos, los dos protagonistas crean un mundo resguardado de la cruda realidad del barrio en el que viven. Desolados por el racismo, la inercia existencial, y los prejuicios, cuidarán de la cerda, como símbolo de su propia libertad espiritual. La voz narrativa de Danny, late con fuerza ante el descuido y la falta de sensibilidad de toda su familia y de los que le rodean. Una conciencia despierta, reflexiva y luchadora que no se deja llevar por los demás. Disfruta de su vida en soledad, recorriendo cada uno de los recovecos de la abandonada urbanización en la que vive, excepto cuando busca la compañía de su novia o va a visitar a su abuelo.
Surinder es de origen pakistaní, vive en la misma urbanización que Danny. Es una chica inteligente y que pugna por un futuro en la universidad para salvarse de un casamiento por conveniencia en la India. Se muestra seductora con Danny y le aconseja que estudie para no acabar igual que su hermano, Richard, un hombre insensible, intolerante y que no tiene aspiraciones en la vida.
Ambos personajes se complementan a la perfección en una intimidad despreocupada y rica en sensaciones y sentimientos. Un primer amor frágil y divertido que conmoverá a quien lo lea.

En definitiva, una historia estremecedora. Esperemos que sus dos nuevas novelas no sean una decepción.

1 comentario:

entra y escribe dijo...

No sé qué libro es... no sé si será bueno... no conozco al escritor... pero sinceramente me dan ganas de leerlo después de leer tu comentario-crítica del libro. Me atrevería a decir que el libro podría ser perfectamente eso, lo que tú has escrito, porque ya es un cuento... es una foto que me ha dejado una sonrisa y una sensación intensa. Y he llegado incluso a dudar de si el libro existe realmente y que lo que querías hacer es escribir una foto y tomar la excusa de un libro inventado para hacerlo... un beso!