martes, 28 de octubre de 2008

Política: el blog que marca la pauta

El blog, actualmente, más seguido por los norteamericanos pertenece a una periodista que ha hecho posible impulsar la campaña de Obama gracias al apoyo de multitud de personas a través de su espacio. En él podemos encontrar de todo acerca de los mínimos detalles de las elecciones. Solo hay un pequeño problema, todo está en inglés ;D
Hay información curiosa para ojear y para poder dejar uno libremente su opinión ¿Quién da mas? Abstenganse Macanianos xD

http://www.huffingtonpost.com/

lunes, 27 de octubre de 2008

Tienda de GoMiNoLaS

Las casillas de metacrilato insonorizan las fantasías, que rebotan de un lado al otro de la habitación como pelotas saltarinas. Las columnas son tan altas que haría falta una escalera para llegar a ellas, por eso las de arriba están repletas. Los focos son potentes, con el propósito de resaltar el paisaje multicolor, pero calientan las cubetas, haciendo que los gusanos de colores se peguen pringosos a las paredes. Las tapas se abren y se cierran creando una melodía agradable. Las pinzas suenan como los zapatos de claque, entre soplo y resoplo, impacientes por picar en alguna de las colmenas. El suelo está repleto de azúcar que cruje dulce entre los pies, elevando levemente las bocas que esconden en la comisura un hilillo de baba inconsciente. La sección de bolsas de patatas es intocable, pues cualquier movimiento podría hacer caer el castillo de naipes que forman. Las ansias incisivas de la voluntad silban en intimidad por una lista definitiva: martillos, huevos fritos, dentaduras postizas, nubes…

jueves, 23 de octubre de 2008

Viajes




Otro mundo: Marruecos

Los taxis son viejos desmontables, las piezas están sujetas con celo amarillento de lo rancio que está, ese amarillo de uña del pie vieja. El techo parece un mosaico, está remendado con multitud de materiales, que cubren los desperfectos provocados por el paso del tiempo. Como única banda sonora tienen el Corán. No suena del todo mal. Algo que he aprendido es que no solo impera la ley coránica, sino también la ley de la calle, el arte de la improvisación. En las rotondas tiene preferencia el que antes se meta en ella; hay frenazos, algunos bocinazos y escasos choques. Los ciclomotores se cuelan por huecos que no parecen que les va a dar cabida, pero salen airosas. Los cascos no existen y el límite de plazas tampoco; es normal ver a toda una familia circulando en una de ellas. El tráfico es desordenado, pero en el límite exacto del desastre. Es julio y hace un calor áspero, el sudor se seca en el mismo momento en que empieza a filtrar por los poros. ¿Para qué se necesita el aire acondicionado, si el sudor no deja huella?
Las calles están sucias y los niños nos persiguen vendiéndonos souvenirs a un dirham. Nos han visto darnos un beso y nos han pedido que lo repitamos. ¿Cuántos besos habrán podido ver en su corta vida? Pensarán en el extranjero como “los países de los besos”.
Dos hombres van cogidos de la mano y entonces uno piensa en si serán homosexuales, pero lo cierto es que ese acto es símbolo de buena amistad.
Nunca valoraré otra cultura si no es desde el relativismo cultural porque no hay una jerarquía en el mundo.

miércoles, 22 de octubre de 2008

No es la primera, pero sí la última.

Se oyó el fuerte portazo. Tintinearon las tacitas de café, regalo de boda aún sin estrenar. Ella estaba tendida en el piso. Su cuerpo era como una peonza, juguete olvidado tirado al suelo. Sus manos aún temblorosas, sostenían el dolor de su aliento. Permaneció así durante unos segundos, hasta que estuvo segura de que estaba completamente sola. No era la primera vez. Se fue incorporando con dificultad, con una mano agarraba su sexo sangrante y con la otra la butaquita de felpa añil. Lentamente se fue levantando, primero enderezó el tronco, después pegó sus pies al suelo donde empezaba a formarse un charco rojo; los movió viendo cómo salpicaba. Estaba fatigada, levantó el rostro y caminó a trompicones hacia el baño, haciendo del camino un contoneo constante. Abrió la puerta con atropello y directa se apoyó en el lavabo. La luz estaba ya encendida. Se miró en el espejo y turbada se acarició el abultado vientre con ternura. Ese es el último recuerdo que tiene antes de que se desmayara. Salió del hospital olvidando para siempre al padre y asesino de su hijo.

Crítica de cine

Media Luna (Niwemang)

"Cuidado con lo que deseas, que se puede cumplir...
...pero qué más da si por ello estás dispuesto a encontrar la muerte"

Mamo tiene un sueño y por él está dispuesto a morir: dar ese concierto en Arbil, ciudad del Kurdistán iraquí. No sabemos apenas nada sobre él, excepto que tiene hijos repartidos por todas partes. La pelea de gallos se interrumpe para dar comienzo al largo viaje de Mamo y sus hijos que van siendo reclutados en un autobús remendado con chofer incluido. La dureza del país, por sus paisajes y sus gentes tras el ahorcamiento de Sadam, no es excusa porque la vida no es sobrevivir sino un constante juego a muerte.
Personajes entrañables y enigmáticos construidos con personalidades propias en una atmósfera llena de ilusión. Imágenes encantadoras que encandilan por la belleza poética que hay tras ellas.
Una película que hay que ver. Es graciosa.

martes, 21 de octubre de 2008

Crítica literaria: La cerda

Ruedas pinchadas
Pedaleos entre la adolescencia y la edad adulta, entre una Inglaterra desolada por la industria y su reconversión en una sociedad del ocio y el espectáculo. Danny y su novia pakistaní, Surinder, tendrán que cambiar las ruedas de las viejas bicicletas de generaciones anteriores. Es hora de tomar decisiones ¿Romperán con los atavismos de sus antepasados?

Una novela que encontramos en la sección de infantil y juvenil de las bibliotecas. Se adapta tanto a jóvenes como a adultos porque es una obra con multitud de enfoques, dispuestos de tal manera que el lector recoja, lo que en su momento, le parezca lo más imprescindible.
Andrew Cowan ha sido recompensado por esta primera novela, pues multitud de premios lo avalan. Sin embargo, no hace falta mencionar todo el repertorio de galardones para darse cuenta de que estamos hablando de una buena obra. Ha sido capaz de crear una jugosa combinación de espacios, personajes y simbolismos, que tiene como resultado un profundo y agradable ejercicio de reflexión para el lector. El encuentro de culturas, las responsabilidades y las esperanzas se entremezclarán en boca de sus personajes, cada uno con una opinión propia.
Su autor la ha dotado de una intensa descripción realista e intimista que genera imágenes de gran potencia en la mente del lector. Es una escritura muy descriptiva y cinematográfica pero cuyas palabras perderían todo el candor en la gran pantalla. Una obra que sólo podría ser escrita por él.

La tierra fértil, húmeda, contrasta con una humanidad podrida, seca. Las moscas no parecen ser síntoma de que algo va mal, la granja y la pocilga con la cerda, se convierten en el refugio de dos adolescentes que viven de forma natural un amor que huele a té y cigarros mojados: son Danny y su novia paquistaní, Surinder. Ambos compartirán la incomprensión que sienten con sus familias durante un verano tormentoso limbo en sus vidas. Juntos abordarán temas de una sociedad que cambia, de la que sienten que tienen que responsabilizarse. Una sociedad heredada, que pasa de padres a hijos, una sociedad dada pero llena de esperanzas.

La estética de la novela es inmejorable, una historia realista llena de contraste y de imágenes cinematográficas. Las descripciones han sido seleccionadas al detalle para mostrar un paisaje gris, abandonado, lleno de desperdicios de una vida pasada; y unos personajes cálidos, de colores brillantes. Como una de esas fotografías en blanco y negro donde las personas son pintadas con llamativas acuarelas: Latas en la hierba, el chubasquero de la abuela sobre el cielo encapotado…
Y olores extravagantes como el curry, el té con cardamomo y el cilantro provenientes de la tienda que regentan los padres de Surinder, o el olor de la pocilga, o de los típicos desayunos ingleses. Todos son pequeños detalles que levantan una atmósfera de mixtura penetrante a los sentidos.

Rebosantes de temperamento y no conformes con las vidas que sus padres deparan para ellos, los dos protagonistas crean un mundo resguardado de la cruda realidad del barrio en el que viven. Desolados por el racismo, la inercia existencial, y los prejuicios, cuidarán de la cerda, como símbolo de su propia libertad espiritual. La voz narrativa de Danny, late con fuerza ante el descuido y la falta de sensibilidad de toda su familia y de los que le rodean. Una conciencia despierta, reflexiva y luchadora que no se deja llevar por los demás. Disfruta de su vida en soledad, recorriendo cada uno de los recovecos de la abandonada urbanización en la que vive, excepto cuando busca la compañía de su novia o va a visitar a su abuelo.
Surinder es de origen pakistaní, vive en la misma urbanización que Danny. Es una chica inteligente y que pugna por un futuro en la universidad para salvarse de un casamiento por conveniencia en la India. Se muestra seductora con Danny y le aconseja que estudie para no acabar igual que su hermano, Richard, un hombre insensible, intolerante y que no tiene aspiraciones en la vida.
Ambos personajes se complementan a la perfección en una intimidad despreocupada y rica en sensaciones y sentimientos. Un primer amor frágil y divertido que conmoverá a quien lo lea.

En definitiva, una historia estremecedora. Esperemos que sus dos nuevas novelas no sean una decepción.

Amor-teatro-amor

El rubor en tus mejillas
ha iluminado el escenario mínimo
antes ocupado por el telón,
y ahora pleno,
entre tu cara y la mía.

Escucho el crujir de tus vértebras,
el empujar de tus entrañas
el silbar de tu mirada.
Mi tímpano vibra
a cada gota de tu sudor, que cae.

Pon tu mejor sonrisa,
para que el fotógrafo me deje
apenas una imagen,
del que en un instante fuiste.
No hay salida de emergencia.